En
los dos primeros meses del año 2017, ya son 20 las mujeres asesinadas por la
violencia machista, una mujer cada tres días. Es evidente de que este problema,
no es una cuestión de estado. No lo es ni ahora no lo ha sido para ninguno de
los gobiernos anteriores que bien del PP o del PSOE, se han turnado en el
desgobierno. Bueno, ni este, ni la pederastia, ni las violaciones y abusos
sexuales, ni la pornografía infantil, ni el acoso escolar, ni la trata de
mujeres, ni la pobreza infantil, ni tantos y tantos otros. Ya veremos si esos llamados "nuevos partidos", son capaces de darle la vuelta a esto.
La violencia
machista, que no solo mata a mujeres, sino también a sus hijas e hijos, nos
deja además unas víctimas silenciosas. Víctimas que no se manifiestan, que no se asocian, que
no hacen ruido y que por lo tanto se convierten en inexistentes.
La
violencia machista deja 40 huérfanos al año. Según los datos que se manejan por
ahí, desde que se aprobó la Ley Integral de Violencia de Género, se estima que
los huérfanos son unos 500. Pero solo se estima, porque hasta hace poco no
había una contabilidad digna de crédito.
Si
la clase política dominante y algunos medios de información que controlan la
corte, pusieran el mismo empeño en intentar solucionar el problema de la violencia
de género, cómo lo ponen por ejemplo, en intentar impedir (en base a mentiras y
frases hechas), consultas democráticas y que los pueblos puedan expresar lo que
quieren para su futuro, estaríamos
hablando de otras cosas. Mientras se empeñan en demonizar las urnas, que no
tienen ningún peligro, a las mujeres las siguen matando.
Hacen
falta más medios para educar en la igualdad a nuestras niñas y niños. Campañas
de sensibilización desde pequeños, una educación en sexualidad avanzada. Tienen
que aprender a respetar al diferente, deben de saber que la homofobia no es de
recibo bajo ningún punto de vista. Deben de convencerse de que por el hecho de
haber nacido niño o niña, nunca serán mejores ni peores y tendrán los mismos
derechos. Ellas tendrán vulva, ellos pene, pero sus valores respecto a la
sexualidad serán los mismos. Hay que educarlos correctamente, para que cuando
sean mayores puedan tener criterio y huyan de asociaciones y movimientos
ultrarreligiosos, para que que no se dejen engañar y para que entiendan el
papel que ha jugado la iglesia en estos asuntos.
Todos
estos asesinatos, sólo son la punta del iceberg de la violencia de género
y da pánico pensar en todo lo que habrá por debajo.
¿Cuantos
miles de mujeres, niñas y niños, pueden estar sufriendo ahora mismo y en este
país violencia machista? Seguramente, nos asustaríamos de la cifra.
No
se cual es la solución, pero si tengo claro que lo que hay que hacer aparte de
invertir mucho y bien en educación, es ejemplarizar con los asesinos,
acosadores, pederastas y maltratadores, endurecer las penas judiciales, poner
más medios de vigilancia y control, ayudar más a las victimas, atención cada
vez más especializada, más colaboración ciudadana, etc, etc.

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